En la última semana no se ha dejado de hablar del incendio de la planta de Campofrío en Burgos, su buque insignia, y es previsible que no se deje de hacer en bastante tiempo, pues las cifras hablan por sí solas: 1.000 empleados en la planta; absorción de entorno al 70% de los 6.000 cerdos que se sacrificaban por la compañía al día para el procesamiento de todas sus plantas; una voluminosa industria auxiliar que generaba cientos de empleos (1); etcétera, en resumidas cuentas, el corazón de una ciudad.
La planta de Campofrío en Burgos, conocida como “La Bureba” (2) no solo tiene unas repercusiones sociales, para la ciudad y sus empleados, los cuales verán suspendidos o, incluso, extinguidos sus contratos de trabajo de acuerdo a las facultades que da a la Dirección de la Empresa los artículos 49 y 51 del Estatuto de los Trabajadores; sino que lo que ahora entra en juego es la repercusión económica, ya no para la ciudad de Burgos, sino para la propia empresa.
Las cifras de negocio de Campofrío son de 2.866 empleados, 8 plantas de producción, 264.620 tn/año y 905.704.000.-euros de ventas anuales (3). En una empresa de este tamaño una catástrofe como la de Burgos supone un auténtico desafío, a pesar de aquellas voces que apuntan la posible “intencionalidad del incendio” a fin de amortizar puestos de trabajo, pues la pérdida de la planta de Burgos conlleva otros riesgos como ver peligrar su cuota de mercado.
En el año 2012, Campofrío fue galardonada por ‘Strategic Risk’ con el primer premio al “Mejor Programa de Gestión Integral de Riesgos” (4) al entenderse que su programa de gestión de riesgos era el más eficaz de entre los diez finalistas.
Va a ser en estos días, cuando las llamas de la planta finalmente se apaguen cuando se vea actuar al Departamento de Gestión de Riesgos o Gerencia de Riesgos de la compañía, al cual se va a encomendar ahora la difícil tarea de recuperar rápidamente su nivel de producción mediante la reubicación de trabajadores o el montaje de nuevas líneas.
No resulta fácil escribir sobre cómo va a enfrentarse a este reto el Departamento de Gestión de Riesgos de Campofrío, pues no parece sencillo localizar información sobre ello. Ahora bien, sí podemos intuir los pasos a seguir, partiendo de unas premisas comunes a toda gerencia de riesgos.
Campofrío, a la vista de su volumen ventas, producción y número de empleados, es previsible que gran parte de la gestión del riesgo lo tenga externalizado y disponga de pólizas de seguros que cubran casi cualquier contingencia o siniestro que pueda producirse. Sin embargo, y sin que sea objeto de quien suscribe cuestionar la función social de todo seguro, la institución del seguro hace tiempo que dejó de funcionar como único elemento de protección frente al riesgo en compañías de este tamaño (5), bien porque la cuantía de las primas supondría un auténtico lastre, bien porque la indemnización no deja de ser un consuelo, por alta que sea, frente a una posición dominante en el mercado.
Por tanto, podemos adivinar que los riesgos en Campofrío se encuentran cubiertos por las siguientes vías: seguros, provisiones económicas que haga la propia empresa y mediante un plan de gestión del riesgo.
En cuanto al Seguro, Campofrío puede haber optado por confiar sus riesgos a una compañía aseguradora presente en el mercado que, por el volumen del riesgo, se haya visto obligada a suscribir un reaseguro, máxime si tenemos en cuenta que en las pólizas de casi cualquier empresa se cubre el lucro cesante (6) y ello aumentaría considerablemente la cuantía de la indemnización. Lógicamente, el precio de sus primas aumenta en proporción. Dentro de la vía del aseguramiento, Campofrío podría optar, si es que ya no lo ha hecho, por constituir una cautiva que cubra sus propios riesgos (7).
Respecto a las provisiones económicas poco hay que decir, pues no solamente las normas contables obligan a ello, sino que diligentemente una empresa de ese tamaño contribuirá a engrosarlo para afrontar posibles contingencias. Siendo esta otra vía muy utilizada de gestión del riesgo, de hecho, y a modo de ejemplo, la Ley 26/2007 de Responsabilidad Medioambiental, en su artículo 26 letra c) contempla la posibilidad de establecer una garantía en la modalidad de “reserva técnica”.
Por último, un plan de gestión del riesgo, o la “Gerencia de Riesgos” en general, es un aliado imprescindible a la hora de afrontar los riesgos en una gran empresa. Como ya se ha expuesto anteriormente, la gerencia de riesgos no suple el seguro sino que lo complementa, pues aun cuando se pacte en la póliza de la compañía una cuantiosa indemnización o la reedificación de las instalaciones, ello no garantiza que se haga en el plazo de tiempo necesario como para que no se noten los efectos en su cuota de mercado. Así las cosas, la gerencia de riesgos se nutre del seguro y de la experiencia de la empresa para lograr la recuperación en el mínimo plazo posible, ya vengan producidos los siniestros por catástrofes naturales, guerras, actos de terrorismo, incendios o inundaciones. La gerencia de riesgos se fundamenta en la “resiliencia”, es decir, la capacidad de sobreponerse a situaciones adversas, mediante la adecuada gestión de los recursos y con el objetivo de que tras una catástrofe la empresa pueda reanudar su producción.
En los próximos meses, veremos cómo se materializa el plan de la gestión de riesgos de Campofrío, el cual esperamos sea de entidad suficiente para paliar los efectos que el incendio de la planta de Burgos haya podido producir a nivel económico y social.
(1) El concejal de Economía de Burgos ha cifrado en 2.500 el número de puestos, entre directos e indirectos, afectados por el incendio de la planta “La Bureba” de Campofrio.
(2) Campofrío cuenta en Burgos con otras dos plantas: “JAMONES BURGALESES” con 53 empleados y “CARNES SELECTAS” con 550 empleados.
(3) http://www.campofrio.es/cs/wc/company/key-facts.html?l=es_ES
(4) http://www.europapress.es/economia/noticia-economia-empresas-campofrio-recibe-premio-europeo-mejor-programa-gestion-integral-riesgos-20120523134414.html
(5) Por supuestos, en esta afirmación, no se incluyen aquellos riesgos que necesariamente deben de ser cubiertos mediante un seguro por imperativo legal como es el caso de la responsabilidad del empresario para con sus empleados; los seguros de los vehículos y en definitiva cualquier Seguro Obligatorio.
(6) La póliza suscrita entre Campofrío y una eventual aseguradora no estaría sometida a la Ley de Condiciones Generales de la Contratación.
(7) “Empresa aseguradora o reaseguradora que es propiedad total de otra organización generalmente no aseguradora ni reaseguradora. Su objetivo fundamental es asegurar total o parcialmente los riesgos de su empresa matriz o grupo empresarial.”