Manuel G\u00f3mez Hern\u00e1ndez, abogado de Penal y Laboral de Medina Cuadros en Madrid.<\/strong><\/p>\nLa S<\/strong>ecci\u00f3n Primera de la Audiencia Provincial de Madrid<\/strong> ha absuelto a Eufemiano Fuentes y Jos\u00e9 Ignacio Labarta de los delitos contra la salud p\u00fablica de los que les consider\u00f3 culpables el Juzgado de lo Penal n\u00ba 21 de Madrid, al entender que la sangre que utilizaron para las transfusiones a sus pacientes no es un medicamento. Toda vez que la sangre no es un medicamento-<\/strong> dice la sentencia-, la conducta de Eufemiano Fuentes y Jos\u00e9 Ignacio Labarta Barrera no tiene encaje en el delito por el que fueron imputados y condenados en primera instancia.<\/strong><\/span><\/p>\nLos magistrados, adem\u00e1s, han decidido que los contenidos de la bolsas con muestras de sangre, plasma y concentrados de hemat\u00edes intervenidas deben entregarse a la Real Federaci\u00f3n Espa\u00f1ola de Ciclismo<\/strong>, a la Asociaci\u00f3n Mundial Antidopaje, a la Uni\u00f3n Ciclista Internacional y al Comitato Olimpico Nazionale Italiano.<\/p>\nEl elemento nuclear de la absoluci\u00f3n, -desde nuestro punto de vista muy acertada-, radica en la decisi\u00f3n de no considerar a la sangre y el plasma humano como medicamento, revocando en su integridad el (inestimable) esfuerzo argumental que la juez de instancia realiz\u00f3 para encuadrar en el tipo penal del art. 361 del CP la conducta de los hoy absueltos, entendiendo que la sangre no puede, -no debe-,<\/i> <\/strong>ser considerada como medicamento.<\/p>\nLa decisi\u00f3n de la Audiencia se fundamenta en una interpretaci\u00f3n restrictiva de la palabra medicamento y su trascendencia en el orden penal. Entiende la Sala de revisi\u00f3n, que la condena establecida por el juzgado de lo penal contraviene los principios de legalidad y seguridad jur\u00eddica, principios b\u00e1sicos y elementales configuradores del derecho penal. Nadie puede ser condenado por acciones u omisiones que no constituyan il\u00edcito penal<\/strong>; de la misma forma que nadie puede ser condenado cuando no existe una tipificaci\u00f3n de \u00edndole legislativa de una conducta para poder prever de manera libre y consciente las consecuencias que se derivan de tal incumplimiento.<\/p>\nEl principio de legalidad penal viene consagrado en el art. 25.1 de la Constituci\u00f3n Espa\u00f1ola<\/strong> y es piedra angular sobre la cual se sostiene el orden penal. Supone que nadie puede ser condenado por acciones u omisiones que no constituyan il\u00edcito penal seg\u00fan la legislaci\u00f3n vigente en el momento de realizaci\u00f3n de tales conductas. La Audiencia Provincial de Madrid desarrolla en su fundamentaci\u00f3n jur\u00eddica, el porqu\u00e9 la sangre y el plasma humano no pueden ser considerados como medicamento.A juicio del Tribunal no se puede acudir a una interpretaci\u00f3n gramatical del t\u00e9rmino medicamento, en este sentido y no existiendo, -por tanto-, una definici\u00f3n penal de medicamento, obliga a sostener la tesis de la absoluta improcedencia de tomar esa acepci\u00f3n, y por el contrario tener que acudir, ante el vac\u00edo legal penal existente, a la consideraci\u00f3n y acepci\u00f3n del t\u00e9rmino medicamento en el orden administrativo. Nos parece muy acertado el criterio del Tribunal, por cuanto apuntala un principio sagrado en un estado de derecho, cuestionando la decisi\u00f3n de la magistrada de primera instancia por cuanto no hizo sino retorcer (esta calificaci\u00f3n es nuestra) la acepci\u00f3n gramatical para encajarla de manera muy forzada en el tipo penal del delito contra la salud p\u00fablica.<\/strong><\/p>\nLa magistrado titular del juzgado penal 21 de Madrid, realiz\u00f3 en palabras de los miembros del Tribunal \u201cun ingente esfuerzo argumental para considerar la sangre como medicamento\u201d<\/i><\/strong>, entendiendo que el fallo de instancia choca de pleno con la vertiente de seguridad jur\u00eddica inherente al orden penal. Toda persona debe conocer de antemano lo il\u00edcito o prohibido y poder valorar as\u00ed las consecuencias de sus acciones. Debe comprender qu\u00e9 significa sobre pasar su rol, y as\u00ed poder afrontar las consecuencias de un acto antijur\u00eddico y punible en derecho penal. No podemos movernos en incertidumbres, e interpretaciones extensivas, puesto que la certidumbre es algo elemental e inherente al orden penal.<\/p>\nEncajar el t\u00e9rmino medicamento para aplicarlo como sangre humana o plasma genera, en palabras de la Sala, \u00a0un enorme marco de incertidumbre en los destinatarios de la norma que es impropio del derecho penal,<\/strong> y que desaparece si se acude a la regulaci\u00f3n administrativa, en la que existe una definici\u00f3n legal accesible a cualquier ciudadano que dese consultarla y por la que se rigen los t\u00e9cnicos en la materia.<\/p>\nLa sangre no puede ser considerada en ning\u00fan caso como medicamento<\/strong>, puesto que no existe constancia alguna de su adulteraci\u00f3n, \u00fanica v\u00eda de encaje en el tipo penal; la sangre y el plasma fueron extra\u00eddos en determinadas condiciones \u00f3ptimas para la concentraci\u00f3n de gl\u00f3bulos rojos y otros componentes sangu\u00edneos que con posterioridad fueron trasfundidos a las mismas personas.<\/p>\nLa segunda cuesti\u00f3n pol\u00e9mica es la relativa al contenido de las bolsas incautadas en la operaci\u00f3n de sangre y de plasma<\/strong>.<\/p>\nLos Magistrados han decidido que los contenidos de las bolsas con muestras de sangre, plasma y concentrados de hemat\u00edes intervenidas deben entregarse a la Real Federaci\u00f3n Espa\u00f1ola de Ciclismo, a la Asociaci\u00f3n Mundial Antidopaje, a la Uni\u00f3n Ciclista Internacional y al Comitato Olimpico Nazionale Italiano, en \u201catenci\u00f3n a que el fin perseguido es luchar contra el dopaje, el cual atenta contra el valor \u00e9tico esencial del deporte, que es el juego limpio al impedir una competencia en igualdad de condiciones\u201d.\u00a0 Si esto no fuese as\u00ed \u2013a\u00f1ade la sentencia-<\/strong>, se \u201cgenera el peligro de que otros deportistas puedan verse tentados a doparse y se emite un negativo mensaje social respecto a que el fin justifica cualquier medio\u201d.<\/i><\/p>\nLos jueces desmontan la pretensi\u00f3n de los afectados de que no deb\u00eda entregarse el contenido con las muestras de sangre por tratarse de un \u201challazgo casual\u201d y por comprometer el derecho a la intimidad. En cuanto a lo primero, la sentencia establece que las bolsas de sangre, plasma y hemat\u00edes incautadas en los registros no son un \u201challazgo casual\u201d en sentido estricto desde el momento en el que el auto judicial que las autoriz\u00f3 fue para localizar evidencias del delito contra la salud p\u00fablica enjuiciado, aunque finalmente se haya considerado que los hechos imputados no integran dicho delito. Pretend\u00edan las defensas establecer que la obtenci\u00f3n de esta prueba il\u00edcita conllevara la cadena de ilicitud que se provoca en nuestro derecho penal con la aplicaci\u00f3n de las m\u00e1s que asentada doctrina del \u00e1rbol con los frutos envenados. Toda prueba que haya sido obtenida de forma il\u00edcita contamina a todas aquellas que hayan derivado de \u00e9sta<\/strong>. Con la pretendida anulaci\u00f3n de los hallazgos de las bolsas se eliminar\u00eda todo el material probatorio derivado de esta obtenci\u00f3n. Tampoco puede verse comprometido el derecho a la intimidad ya que la sangre que se pretende analizar no se encuentra dentro del cuerpo de la persona, sino fuera, al haberse sometido voluntariamente el afectado a su extracci\u00f3n y haber quedado garantizada la custodia de las bolsas a lo largo de todo el procedimiento penal. Aunque desde el punto de vista penal es ya irrelevante el hecho, puesto que no constituye ning\u00fan hecho reprochable en el orden penal, s\u00ed se abre una v\u00eda para la determinaci\u00f3n de eventuales responsabilidades y sanciones en el campo deportivo.<\/p>\nEn definitiva, \u201cla Sala ha estimado parcialmente los recursos de apelaci\u00f3n interpuestos por el fiscal, las representaciones de los acusados y del resto de las partes y tras absolver a los acusados y ordenar que se entreguen las muestras de sangre, dicta que todas las piezas de convicci\u00f3n de la causa deben quedar intervenidas hasta que se resuelva definitivamente la acusaci\u00f3n contra Jos\u00e9 Luis Merino Batres<\/strong> por sentencia o archivo libre y manda que se reintegren los efectos personales incautados a todos los investigados, salvo el medicamento Synanthene y una tarjeta de restaurante con anotaciones claves en su reverso ocupada a Saiz y Merino, as\u00ed como el dinero aprehendido en los registros\u201d.<\/p>\nEn suma, la sangre no es medicamento; por lo tanto no tiene encaje en el tipo penal por el que ven\u00edan siendo condenados, careciendo su conducta de relevancia a efectos penales, y quedando absueltos<\/strong> del delito contra la salud p\u00fablica.<\/p>\nPulsar aqu\u00ed para leer el art\u00edculo de Manuel G\u00f3mez en Actualidad Jur\u00eddica Aranzadi<\/a><\/p>\nManuel G\u00f3mez Hern\u00e1ndez<\/b><\/p>\n
Abogado de Laboral y Penal de Medina Cuadros en Madrid<\/b><\/p>\n
\u00a0<\/b><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"
Actualidad Jur\u00eddica Aranzadi public\u00f3 el d\u00eda 21 de julio de 2016 este art\u00edculo muy interesante de Manuel G\u00f3mez Hern\u00e1ndez, abogado de Penal y Laboral de Medina Cuadros en Madrid. La Secci\u00f3n Primera de la Audiencia Provincial de Madrid ha absuelto a Eufemiano Fuentes y Jos\u00e9 Ignacio Labarta de los delitos contra la salud p\u00fablica de los que les consider\u00f3 culpables el Juzgado de lo Penal n\u00ba 21 de Madrid, al entender que la sangre que utilizaron para las transfusiones a sus pacientes no es un medicamento. Toda vez que la sangre no es un medicamento- dice la sentencia-, la conducta de Eufemiano Fuentes y Jos\u00e9 Ignacio Labarta Barrera no tiene encaje en el delito por el que fueron imputados y condenados en primera instancia. Los magistrados, adem\u00e1s, han decidido que los contenidos de la bolsas con muestras de sangre, plasma y concentrados de hemat\u00edes intervenidas deben entregarse a la Real Federaci\u00f3n Espa\u00f1ola de Ciclismo, a la Asociaci\u00f3n Mundial Antidopaje, a la Uni\u00f3n Ciclista Internacional y al Comitato Olimpico Nazionale Italiano. El elemento nuclear de la absoluci\u00f3n, -desde nuestro punto de vista muy acertada-, radica en la decisi\u00f3n de no considerar a la sangre y el plasma humano como medicamento, revocando en su integridad el (inestimable) esfuerzo argumental que la juez de instancia realiz\u00f3 para encuadrar en el tipo penal del art. 361 del CP la conducta de los hoy absueltos, entendiendo que la sangre no puede, -no debe-, ser considerada como medicamento. La decisi\u00f3n de la Audiencia se fundamenta en una interpretaci\u00f3n restrictiva de la palabra medicamento y su trascendencia en el orden penal. Entiende la Sala de revisi\u00f3n, que la condena establecida por el juzgado de lo penal contraviene los principios de legalidad y seguridad jur\u00eddica, principios b\u00e1sicos y elementales configuradores del derecho penal. Nadie puede ser condenado por acciones u omisiones que no constituyan il\u00edcito penal; de la misma forma que nadie puede ser condenado cuando no existe una tipificaci\u00f3n de \u00edndole legislativa de una conducta para poder prever de manera libre y consciente las consecuencias que se derivan de tal incumplimiento. El principio de legalidad penal viene consagrado en el art. 25.1 de la Constituci\u00f3n Espa\u00f1ola y es piedra angular sobre la cual se sostiene el orden penal. Supone que nadie puede ser condenado por acciones u omisiones que no constituyan il\u00edcito penal seg\u00fan la legislaci\u00f3n vigente en el momento de realizaci\u00f3n de tales conductas. La Audiencia Provincial de Madrid desarrolla en su fundamentaci\u00f3n jur\u00eddica, el porqu\u00e9 la sangre y el plasma humano no pueden ser considerados como medicamento.A juicio del Tribunal no se puede acudir a una interpretaci\u00f3n gramatical del t\u00e9rmino medicamento, en este sentido y no existiendo, -por tanto-, una definici\u00f3n penal de medicamento, obliga a sostener la tesis de la absoluta improcedencia de tomar esa acepci\u00f3n, y por el contrario tener que acudir, ante el vac\u00edo legal penal existente, a la consideraci\u00f3n y acepci\u00f3n del t\u00e9rmino medicamento en el orden administrativo. Nos parece muy acertado el criterio del Tribunal, por cuanto apuntala un principio sagrado en un estado de derecho, cuestionando la decisi\u00f3n de la magistrada de primera instancia por cuanto no hizo sino retorcer (esta calificaci\u00f3n es nuestra) la acepci\u00f3n gramatical para encajarla de manera muy forzada en el tipo penal del delito contra la salud p\u00fablica. La magistrado titular del juzgado penal 21 de Madrid, realiz\u00f3 en palabras de los miembros del Tribunal \u201cun ingente esfuerzo argumental para considerar la sangre como medicamento\u201d, entendiendo que el fallo de instancia choca de pleno con la vertiente de seguridad jur\u00eddica inherente al orden penal. Toda persona debe conocer de antemano lo il\u00edcito o prohibido y poder valorar as\u00ed las consecuencias de sus acciones. Debe comprender qu\u00e9 significa sobre pasar su rol, y as\u00ed poder afrontar las consecuencias de un acto antijur\u00eddico y punible en derecho penal. No podemos movernos en incertidumbres, e interpretaciones extensivas, puesto que la certidumbre es algo elemental e inherente al orden penal. Encajar el t\u00e9rmino medicamento para aplicarlo como sangre humana o plasma genera, en palabras de la Sala, \u00a0un enorme marco de incertidumbre en los destinatarios de la norma que es impropio del derecho penal, y que desaparece si se acude a la regulaci\u00f3n administrativa, en la que existe una definici\u00f3n legal accesible a cualquier ciudadano que dese consultarla y por la que se rigen los t\u00e9cnicos en la materia. La sangre no puede ser considerada en ning\u00fan caso como medicamento, puesto que no existe constancia alguna de su adulteraci\u00f3n, \u00fanica v\u00eda de encaje en el tipo penal; la sangre y el plasma fueron extra\u00eddos en determinadas condiciones \u00f3ptimas para la concentraci\u00f3n de gl\u00f3bulos rojos y otros componentes sangu\u00edneos que con posterioridad fueron trasfundidos a las mismas personas. La segunda cuesti\u00f3n pol\u00e9mica es la relativa al contenido de las bolsas incautadas en la operaci\u00f3n de sangre y de plasma. Los Magistrados han decidido que los contenidos de las bolsas con muestras de sangre, plasma y concentrados de hemat\u00edes intervenidas deben entregarse a la Real Federaci\u00f3n Espa\u00f1ola de Ciclismo, a la Asociaci\u00f3n Mundial Antidopaje, a la Uni\u00f3n Ciclista Internacional y al Comitato Olimpico Nazionale Italiano, en \u201catenci\u00f3n a que el fin perseguido es luchar contra el dopaje, el cual atenta contra el valor \u00e9tico esencial del deporte, que es el juego limpio al impedir una competencia en igualdad de condiciones\u201d.\u00a0 Si esto no fuese as\u00ed \u2013a\u00f1ade la sentencia-, se \u201cgenera el peligro de que otros deportistas puedan verse tentados a doparse y se emite un negativo mensaje social respecto a que el fin justifica cualquier medio\u201d. 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<\/a>Actualidad Jur\u00eddica Aranzadi<\/strong> public\u00f3 el d\u00eda 21 de julio de 2016<\/strong> este art\u00edculo muy interesante de Manuel G\u00f3mez Hern\u00e1ndez, abogado de Penal y Laboral de Medina Cuadros en Madrid.<\/strong><\/p>\n