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\"Presentaci\u00f3n1\"<\/a>Art\u00edculo publicado en El Economista.<\/strong> Desde los inicios de mi carrera profesional, siempre por motivos laborales, he estado en contacto con el \u00abmundo notarial\u00bb<\/strong>, y a ra\u00edz de este art\u00edculo me ha venido a la mente una frase que escuchaba con relativa frecuencia en este \u00e1mbito: \u00abUn papel se arregla con otro papel\u00bb.<\/strong><\/p>\n

Ante esta afirmaci\u00f3n, cualquiera podr\u00eda pensar que los Notarios son personalidades exentas de cualquier tipo de responsabilidad y que ampar\u00e1ndose en su puesto de trabajo, relevancia y responsabilidad, son intocables. Pero no es as\u00ed, ya que en determinados supuestos, se les podr\u00e1 reclamar por las responsabilidades profesionales<\/strong> en las que hayan incurrido en el ejercicio de su funci\u00f3n.<\/p>\n

Sobre la calificaci\u00f3n de la naturaleza de la responsabilidad civil<\/strong> del Notario,<\/strong> la jurisprudencia ha declarado que frente a los otorgantes que han solicitado su intervenci\u00f3n, esa responsabilidad es contractual, y se encuadra, como ha sido tradicional para calificar la relaci\u00f3n entre el profesional ideal y su cliente como contrato de arrendamiento de servicios. Por el contrario, si los perjudicados son terceros que no han encomendado al Notario su intervenci\u00f3n<\/strong>, su responsabilidad ser\u00eda de car\u00e1cter extracontractual<\/strong> (Sentencias de fechas 6 de mayo de 1994, 5 de febrero de 2000, 15 de noviembre de 2002 y 9 de marzo de 2012).<\/p>\n

La cuesti\u00f3n de la responsabilidad contractual derivada del incumplimiento viene recogida en nuestro C\u00f3digo<\/strong> en los art\u00edculos 1101 y siguientes \u00abquedan sujetos a indemnizaci\u00f3n<\/strong> de los da\u00f1os y perjuicios causados los que en cumplimiento de sus obligaciones incurrieren en dolo, negligencia o morosidad, y los que de cualquier modo contravinieren al tenor de aquella\u00bb.<\/p>\n

Esta responsabilidad profesional del Notario<\/strong> a la que hacemos referencia, la hemos demostrado en un importante caso que ha sido encomendado a este despacho por uno de nuestros mejores clientes, y en el que la Audiencia Provincial de Granada,<\/strong> ha dictado una Sentencia favorable a nuestros intereses, condenando al Notario al pago de 150.000,00 euros, y que revoca la dictada en Primera Instancia, que exim\u00eda al Notario de cualquier responsabilidad.<\/strong><\/p>\n

En dicho supuesto y a grandes rasgos, defend\u00edamos que el Notario hab\u00eda tenido una actuaci\u00f3n descuidada<\/strong> por no haber identificado correctamente a todos los intervinientes en el acto de la firma y no haber condicionado la validez de la escritura a la comparecencia efectiva de un tercero hipotecante<\/strong> que en el momento, no pudo acudir.<\/p>\n

Esta actuaci\u00f3n descuidada, tuvo como consecuencia la ineficacia y nulidad de la escritura firmada,<\/strong> por lo que nos vimos obligados a interponer la correspondiente demanda de responsabilidad profesional, al amparo de, entre otros, el art. 146 del Reglamento Notarial<\/strong>, que establece: \u00ab\u0085\/\u0085El Notario<\/strong> responder\u00e1 civilmente de los da\u00f1os y perjuicios ocasionados con su actuaci\u00f3n cuando sean debidos a dolo, culpa o ignorancia inexcusable. Si pudieren repararse, en todo o en parte, autorizando una nueva escritura el Notario lo har\u00e1 a su costa, y no vendr\u00e1 este obligado a indemnizar sino los dem\u00e1s da\u00f1os y perjuicios ocasionados\u00bb.<\/p>\n

La acci\u00f3n de resarcimiento por culpa,<\/strong> requiere para que prospere y seg\u00fan reiterada jurisprudencia, que exista una relaci\u00f3n jur\u00eddica entre las partes y que esta relaci\u00f3n se haya incumplido total o parcialmente en alguna de sus obligaciones.<\/strong><\/p>\n

El siguiente argumento de la demanda, fue demostrar que existi\u00f3 una evidente relaci\u00f3n de causalidad entre la actuaci\u00f3n del Notario y el da\u00f1o causado conforme al art. 1902<\/strong> del C\u00f3digo Civil<\/strong> que establece, que por acci\u00f3n u omisi\u00f3n causa da\u00f1o a otro, interviniendo culpa o negligencia, est\u00e1 obligado a reparar el da\u00f1o causado. En este caso, la relaci\u00f3n de causalidad es evidente al haberse declarado la nulidad de la escritura en un procedimiento judicial anterior, convirtiendo en ineficaz lo firmado en aquella.<\/p>\n

La Sentencia de referencia<\/strong>, acoge nuestros argumentos, y considera que la actuaci\u00f3n del Notario no se desarroll\u00f3 dentro de los par\u00e1metros razonables de la diligencia exigible, teniendo en cuenta el especial grado de diligencia que se impone a los mismos en el ejercicio de sus funciones; diligencia que se establece en la Resoluci\u00f3n de la Direcci\u00f3n General de los Registros y del Notariado de 26 de octubre de 1995, y en la que el notario, tiene el deber de \u00abasesorar debidamente a los otorgantes inform\u00e1ndoles de forma exhaustiva<\/strong> sobre las circunstancias y los efectos del documento otorgado por los mismos, con una actuaci\u00f3n profesional cuya imparcialidad, legalmente exigida, implica una asistencia especial al otorgante necesitado de ella (arts. 1.2 y 147 del Reglamento Notarial)\u00bb.<\/p>\n

Y en esta Sentencia se le responsabiliza de no haber cumplido con las funciones establecidas en el art. 1 del Reglamento Notarial<\/strong> en cuanto al ejercicio de la fe p\u00fablica, que le obliga a plasmar en el documento p\u00fablico, de forma aut\u00e9ntica y conforme a las declaraciones de las partes, dot\u00e1ndoles de fuerza probatoria.<\/p>\n

Una vez transcurrido un importante plazo desde la irregularidad cometida, el Notario subsan\u00f3 la escritura de forma unilateral,<\/strong> pero al contrario de la opini\u00f3n del Fedatario, consider\u00e1bamos que esta subsanaci\u00f3n<\/strong> no se encuadraba dentro del art. 153 del Reglamento Notarial, puesto que no se trata de una cuesti\u00f3n formal sino de fondo, de falta de diligencia, de falta de comprobaci\u00f3n, de contrariar lo afirmado anteriormente en escritura p\u00fablica,\u0085 y en todo caso conforme al art. 153 p\u00e1rrafo 4\u00ba del Reglamento Notarial, requer\u00eda de la comparecencia de mi mandante y del resto de intervinientes, lo que no se produjo.<\/p>\n

As\u00ed que, adem\u00e1s de haber finalizado con una Sentencia<\/strong> favorable a nuestros intereses, tambi\u00e9n comprobamos que, al contrario de lo que indic\u00e1bamos al comienzo de este art\u00edculo y que nos parec\u00eda una verdad irrefutable y a la que resignarnos, \u00abno todo se arregla con otro papel\u00bb.<\/strong><\/p>\n

Ver el art\u00edculo publicado en El Economista<\/a><\/p>\n

Andr\u00e9s Bonet Porto<\/strong><\/p>\n

Abogado Responsable de Medina Cuadros en Granada<\/strong><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

Art\u00edculo publicado en El Economista. Desde los inicios de mi carrera profesional, siempre por motivos laborales, he estado en contacto con el \u00abmundo notarial\u00bb, y a ra\u00edz de este art\u00edculo me ha venido a la mente una frase que escuchaba con relativa frecuencia en este \u00e1mbito: \u00abUn papel se arregla con otro papel\u00bb. Ante esta afirmaci\u00f3n, cualquiera podr\u00eda pensar que los Notarios son personalidades exentas de cualquier tipo de responsabilidad y que ampar\u00e1ndose en su puesto de trabajo, relevancia y responsabilidad, son intocables. Pero no es as\u00ed, ya que en determinados supuestos, se les podr\u00e1 reclamar por las responsabilidades profesionales en las que hayan incurrido en el ejercicio de su funci\u00f3n. Sobre la calificaci\u00f3n de la naturaleza de la responsabilidad civil del Notario, la jurisprudencia ha declarado que frente a los otorgantes que han solicitado su intervenci\u00f3n, esa responsabilidad es contractual, y se encuadra, como ha sido tradicional para calificar la relaci\u00f3n entre el profesional ideal y su cliente como contrato de arrendamiento de servicios. Por el contrario, si los perjudicados son terceros que no han encomendado al Notario su intervenci\u00f3n, su responsabilidad ser\u00eda de car\u00e1cter extracontractual (Sentencias de fechas 6 de mayo de 1994, 5 de febrero de 2000, 15 de noviembre de 2002 y 9 de marzo de 2012). La cuesti\u00f3n de la responsabilidad contractual derivada del incumplimiento viene recogida en nuestro C\u00f3digo en los art\u00edculos 1101 y siguientes \u00abquedan sujetos a indemnizaci\u00f3n de los da\u00f1os y perjuicios causados los que en cumplimiento de sus obligaciones incurrieren en dolo, negligencia o morosidad, y los que de cualquier modo contravinieren al tenor de aquella\u00bb. Esta responsabilidad profesional del Notario a la que hacemos referencia, la hemos demostrado en un importante caso que ha sido encomendado a este despacho por uno de nuestros mejores clientes, y en el que la Audiencia Provincial de Granada, ha dictado una Sentencia favorable a nuestros intereses, condenando al Notario al pago de 150.000,00 euros, y que revoca la dictada en Primera Instancia, que exim\u00eda al Notario de cualquier responsabilidad. En dicho supuesto y a grandes rasgos, defend\u00edamos que el Notario hab\u00eda tenido una actuaci\u00f3n descuidada por no haber identificado correctamente a todos los intervinientes en el acto de la firma y no haber condicionado la validez de la escritura a la comparecencia efectiva de un tercero hipotecante que en el momento, no pudo acudir. Esta actuaci\u00f3n descuidada, tuvo como consecuencia la ineficacia y nulidad de la escritura firmada, por lo que nos vimos obligados a interponer la correspondiente demanda de responsabilidad profesional, al amparo de, entre otros, el art. 146 del Reglamento Notarial, que establece: \u00ab\u0085\/\u0085El Notario responder\u00e1 civilmente de los da\u00f1os y perjuicios ocasionados con su actuaci\u00f3n cuando sean debidos a dolo, culpa o ignorancia inexcusable. Si pudieren repararse, en todo o en parte, autorizando una nueva escritura el Notario lo har\u00e1 a su costa, y no vendr\u00e1 este obligado a indemnizar sino los dem\u00e1s da\u00f1os y perjuicios ocasionados\u00bb. La acci\u00f3n de resarcimiento por culpa, requiere para que prospere y seg\u00fan reiterada jurisprudencia, que exista una relaci\u00f3n jur\u00eddica entre las partes y que esta relaci\u00f3n se haya incumplido total o parcialmente en alguna de sus obligaciones. El siguiente argumento de la demanda, fue demostrar que existi\u00f3 una evidente relaci\u00f3n de causalidad entre la actuaci\u00f3n del Notario y el da\u00f1o causado conforme al art. 1902 del C\u00f3digo Civil que establece, que por acci\u00f3n u omisi\u00f3n causa da\u00f1o a otro, interviniendo culpa o negligencia, est\u00e1 obligado a reparar el da\u00f1o causado. En este caso, la relaci\u00f3n de causalidad es evidente al haberse declarado la nulidad de la escritura en un procedimiento judicial anterior, convirtiendo en ineficaz lo firmado en aquella. La Sentencia de referencia, acoge nuestros argumentos, y considera que la actuaci\u00f3n del Notario no se desarroll\u00f3 dentro de los par\u00e1metros razonables de la diligencia exigible, teniendo en cuenta el especial grado de diligencia que se impone a los mismos en el ejercicio de sus funciones; diligencia que se establece en la Resoluci\u00f3n de la Direcci\u00f3n General de los Registros y del Notariado de 26 de octubre de 1995, y en la que el notario, tiene el deber de \u00abasesorar debidamente a los otorgantes inform\u00e1ndoles de forma exhaustiva sobre las circunstancias y los efectos del documento otorgado por los mismos, con una actuaci\u00f3n profesional cuya imparcialidad, legalmente exigida, implica una asistencia especial al otorgante necesitado de ella (arts. 1.2 y 147 del Reglamento Notarial)\u00bb. Y en esta Sentencia se le responsabiliza de no haber cumplido con las funciones establecidas en el art. 1 del Reglamento Notarial en cuanto al ejercicio de la fe p\u00fablica, que le obliga a plasmar en el documento p\u00fablico, de forma aut\u00e9ntica y conforme a las declaraciones de las partes, dot\u00e1ndoles de fuerza probatoria. Una vez transcurrido un importante plazo desde la irregularidad cometida, el Notario subsan\u00f3 la escritura de forma unilateral, pero al contrario de la opini\u00f3n del Fedatario, consider\u00e1bamos que esta subsanaci\u00f3n no se encuadraba dentro del art. 153 del Reglamento Notarial, puesto que no se trata de una cuesti\u00f3n formal sino de fondo, de falta de diligencia, de falta de comprobaci\u00f3n, de contrariar lo afirmado anteriormente en escritura p\u00fablica,\u0085 y en todo caso conforme al art. 153 p\u00e1rrafo 4\u00ba del Reglamento Notarial, requer\u00eda de la comparecencia de mi mandante y del resto de intervinientes, lo que no se produjo. As\u00ed que, adem\u00e1s de haber finalizado con una Sentencia favorable a nuestros intereses, tambi\u00e9n comprobamos que, al contrario de lo que indic\u00e1bamos al comienzo de este art\u00edculo y que nos parec\u00eda una verdad irrefutable y a la que resignarnos, \u00abno todo se arregla con otro papel\u00bb. 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