![\"Presentaci\u00f3n1\"](\"https:\/\/medina-cuadros.es\/wp-content\/uploads\/2017\/08\/Presentaci\u00f3n13.jpg\")
<\/a>Conseguir la mejor oferta estival<\/strong> en estas fechas es cada vez m\u00e1s posible gracias al alcance de Internet.<\/strong> Un mayor n\u00famero de espa\u00f1oles se han lanzado este a\u00f1o a contratar un viaje organizado, comprar un billete de avi\u00f3n o alquilar un alojamiento – a trav\u00e9s de plataformas online. En verano, por ejemplo, un destino que cumpla nuestras expectativas es cada vez m\u00e1s factible, a golpe de smarthphone<\/strong>. A trav\u00e9s del \u201cfeedback\u201d<\/strong> de clientes previos, uno puede conocer la experiencia del usuario de primera mano y delimitar con mejor precisi\u00f3n que es lo que est\u00e1 realmente buscando. Esta informaci\u00f3n a disposici\u00f3n del cliente se completa con la interacci\u00f3n entre vendedor y comprador<\/strong>, a trav\u00e9s de un canal de comunicaci\u00f3n directo dentro de la misma plataforma digital.<\/p>\nCon esas herramientas, plataformas online como Airbnb<\/strong> en el sector del alojamiento captan millones de usuarios en la \u00e9poca estival, poniendo en contacto directo a arrendadores e inquilinos y cobrando una comisi\u00f3n de gesti\u00f3n por cada alquiler.<\/p>\n Nadie duda a d\u00eda de hoy que este modelo de contrataci\u00f3n y servicio online ha sido disruptivo en el sector, pero el auge del alquiler vacacional por Internet ha destapado una actividad que aumenta considerablemente en esta \u00e9poca del a\u00f1o: el fraude online.<\/strong> El ansia voraz de millones turistas por conseguir un chollo en Internet es aprovechado por estafadores de todo el mundo, que acuden a este tipo de plataformas online para hacer su \u201cparticular agosto\u201d<\/strong> sin levantarse \u00a0del sill\u00f3n de su casa.<\/p>\n El modus operandi de la estafa m\u00e1s com\u00fan en Airbnb es sorpresivamente sencillo, al alcance de toda persona que tenga un ordenador. Se empieza con subir una \u201cganga\u201d<\/strong> en la propia plataforma web. El defraudador<\/strong> solo tiene que subir fotos de buena calidad de un alojamiento a un precio inferior a la media de alojamientos similares.\u00a0 Una vez el potencial inquilino<\/strong> se muestra interesado, se inicia una conversaci\u00f3n entre ambos a trav\u00e9s de la aplicaci\u00f3n, pero en un momento dado, el estafador alega que tiene problemas con la aplicaci\u00f3n, emplazando al futuro inquilino a seguir comunic\u00e1ndose a trav\u00e9s correo electr\u00f3nico. En la mayor\u00eda de los casos, la direcci\u00f3n de correo que se ofrece al inquilino contiene la palabra airbnb<\/strong> -lo que elimina a priori toda sospecha.<\/strong><\/p>\n El ofertante entonces le comunica a la v\u00edctima que le enviar\u00e1 un enlace que le redirigir\u00e1 a Airbnb, cuando en realidad le est\u00e1 dirigiendo a una \u201clanding page\u201d: otra p\u00e1gina web de apariencia igual o similar a la de la plataforma original,<\/strong> con el mismo logo y otros detalles casi id\u00e9nticos. Todo ello con el fin de que el inquilino proceda a hacer el pago fuera de la plataforma, haci\u00e9ndole creer en todo momento que se encuentra dentro de la misma.<\/p>\n En este contexto, un elemento cr\u00edtico a tener en cuenta de Airbnb<\/strong> es que no es posible visitar el alojamiento antes de efectuar el pago de la reserva. Es por ello que los estafadores aseguran a la supuesta v\u00edctima que le enviar\u00e1n la llave del alojamiento por correo, alegando que en caso de que haya alguna incidencia, Airbnb<\/strong> proceder\u00e1 a desembolsar la reserva.<\/strong> Todos los correos que se env\u00edan a la supuesta v\u00edctima son id\u00e9nticos a los que normalmente utiliza Airbnb<\/strong>, incluso el formulario de pago de la reserva que recibe la v\u00edctima de la estafa es el propio que utiliza la compa\u00f1\u00eda referida.<\/p>\n La v\u00edctima entonces procede al abono de la reserva a la cuenta bancaria indicada, sin sospechar, hasta un tiempo despu\u00e9s, que ha sido estafado pues el alojamiento en la ubicaci\u00f3n indicada no existe. Las cosas se complican cuando ni el anuncio ni la reserva se encuentran en la web y el estafador se ha evaporado sin dejar rastro.<\/strong><\/p>\n Para evitar estas situaciones, se torna como fundamental en este tipo de contrataciones la atenci\u00f3n al detalle: obviar\u00a0 un simple matiz como la identidad del ofertante o la falta de estudio previo de las diferentes ofertas, puede ser fatal. Suplantaciones de identidad, mentiras y perfiles falsos est\u00e1n a la orden del d\u00eda y muchos los estamos empezando a conocer de primera mano. Una direcci\u00f3n de correo extranjera o una cuenta bancaria de destino en el exterior son motivos de sospecha. Contactar con la plataforma Airbnb<\/strong> para verificar la autenticidad de la oferta es algo que muchos de nosotros obviamos, subestimando a muchos de los estafadores que defraudan online.<\/p>\n Denunciar este tipo de estafas no suele llegar a buen puerto,<\/strong> pues los estafadores se cuidan de no dejar rastro. Por otro lado, Airbnb<\/strong> se exime de toda responsabilidad sobre pagos que se hayan efectuado fuera de la plataforma, aunque en muchos casos, el alojamiento supuestamente fraudulento est\u00e1 legamente<\/strong> anunciado en la web. Si bien es necesario exigir a la plataforma mayores medios y controles para identificar perfiles falsos, la soluci\u00f3n para evitar este tipo de fraudes est\u00e1 en nuestras manos, precisamente, en el lado de la prevenci\u00f3n<\/strong>. Siendo precavido, tomando todo tipo de medidas para asegurarnos de lo que contratamos se ajusta a la realidad,<\/strong> determinar\u00e1 que disfrutemos de unas vacaciones merecidas, sin llevarnos ning\u00fan disgusto adicional.<\/p>\n \u00a0 \u00a0 Javier Izaguirre Barrios\u00a0<\/strong><\/p>\n Abogado del departamento de Civil de Medina Cuadros en Madrid<\/strong><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" Conseguir la mejor oferta estival en estas fechas es cada vez m\u00e1s posible gracias al alcance de Internet. Un mayor n\u00famero de espa\u00f1oles se han lanzado este a\u00f1o a contratar un viaje organizado, comprar un billete de avi\u00f3n o alquilar un alojamiento – a trav\u00e9s de plataformas online. En verano, por ejemplo, un destino que cumpla nuestras expectativas es cada vez m\u00e1s factible, a golpe de smarthphone. A trav\u00e9s del \u201cfeedback\u201d de clientes previos, uno puede conocer la experiencia del usuario de primera mano y delimitar con mejor precisi\u00f3n que es lo que est\u00e1 realmente buscando. Esta informaci\u00f3n a disposici\u00f3n del cliente se completa con la interacci\u00f3n entre vendedor y comprador, a trav\u00e9s de un canal de comunicaci\u00f3n directo dentro de la misma plataforma digital. Con esas herramientas, plataformas online como Airbnb en el sector del alojamiento captan millones de usuarios en la \u00e9poca estival, poniendo en contacto directo a arrendadores e inquilinos y cobrando una comisi\u00f3n de gesti\u00f3n por cada alquiler. Nadie duda a d\u00eda de hoy que este modelo de contrataci\u00f3n y servicio online ha sido disruptivo en el sector, pero el auge del alquiler vacacional por Internet ha destapado una actividad que aumenta considerablemente en esta \u00e9poca del a\u00f1o: el fraude online. El ansia voraz de millones turistas por conseguir un chollo en Internet es aprovechado por estafadores de todo el mundo, que acuden a este tipo de plataformas online para hacer su \u201cparticular agosto\u201d sin levantarse \u00a0del sill\u00f3n de su casa. El modus operandi de la estafa m\u00e1s com\u00fan en Airbnb es sorpresivamente sencillo, al alcance de toda persona que tenga un ordenador. Se empieza con subir una \u201cganga\u201d en la propia plataforma web. El defraudador solo tiene que subir fotos de buena calidad de un alojamiento a un precio inferior a la media de alojamientos similares.\u00a0 Una vez el potencial inquilino se muestra interesado, se inicia una conversaci\u00f3n entre ambos a trav\u00e9s de la aplicaci\u00f3n, pero en un momento dado, el estafador alega que tiene problemas con la aplicaci\u00f3n, emplazando al futuro inquilino a seguir comunic\u00e1ndose a trav\u00e9s correo electr\u00f3nico. En la mayor\u00eda de los casos, la direcci\u00f3n de correo que se ofrece al inquilino contiene la palabra airbnb -lo que elimina a priori toda sospecha. El ofertante entonces le comunica a la v\u00edctima que le enviar\u00e1 un enlace que le redirigir\u00e1 a Airbnb, cuando en realidad le est\u00e1 dirigiendo a una \u201clanding page\u201d: otra p\u00e1gina web de apariencia igual o similar a la de la plataforma original, con el mismo logo y otros detalles casi id\u00e9nticos. Todo ello con el fin de que el inquilino proceda a hacer el pago fuera de la plataforma, haci\u00e9ndole creer en todo momento que se encuentra dentro de la misma. En este contexto, un elemento cr\u00edtico a tener en cuenta de Airbnb es que no es posible visitar el alojamiento antes de efectuar el pago de la reserva. Es por ello que los estafadores aseguran a la supuesta v\u00edctima que le enviar\u00e1n la llave del alojamiento por correo, alegando que en caso de que haya alguna incidencia, Airbnb proceder\u00e1 a desembolsar la reserva. Todos los correos que se env\u00edan a la supuesta v\u00edctima son id\u00e9nticos a los que normalmente utiliza Airbnb, incluso el formulario de pago de la reserva que recibe la v\u00edctima de la estafa es el propio que utiliza la compa\u00f1\u00eda referida. La v\u00edctima entonces procede al abono de la reserva a la cuenta bancaria indicada, sin sospechar, hasta un tiempo despu\u00e9s, que ha sido estafado pues el alojamiento en la ubicaci\u00f3n indicada no existe. Las cosas se complican cuando ni el anuncio ni la reserva se encuentran en la web y el estafador se ha evaporado sin dejar rastro. Para evitar estas situaciones, se torna como fundamental en este tipo de contrataciones la atenci\u00f3n al detalle: obviar\u00a0 un simple matiz como la identidad del ofertante o la falta de estudio previo de las diferentes ofertas, puede ser fatal. Suplantaciones de identidad, mentiras y perfiles falsos est\u00e1n a la orden del d\u00eda y muchos los estamos empezando a conocer de primera mano. Una direcci\u00f3n de correo extranjera o una cuenta bancaria de destino en el exterior son motivos de sospecha. Contactar con la plataforma Airbnb para verificar la autenticidad de la oferta es algo que muchos de nosotros obviamos, subestimando a muchos de los estafadores que defraudan online. Denunciar este tipo de estafas no suele llegar a buen puerto, pues los estafadores se cuidan de no dejar rastro. Por otro lado, Airbnb se exime de toda responsabilidad sobre pagos que se hayan efectuado fuera de la plataforma, aunque en muchos casos, el alojamiento supuestamente fraudulento est\u00e1 legamente anunciado en la web. Si bien es necesario exigir a la plataforma mayores medios y controles para identificar perfiles falsos, la soluci\u00f3n para evitar este tipo de fraudes est\u00e1 en nuestras manos, precisamente, en el lado de la prevenci\u00f3n. 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